Las manifestaciones culturales de los Afrochoteños son la base fundamental para mantener viva a la cultura, ya que son diversas las que nos heredaron nuestros ancestros. La música bomba está compuesta de instrumentos de soplo y de percusión, obtenidos casi directamente de la naturaleza, sin mayor elaboración, Los instrumentos de percusión son la bomba, las maracas, el bombo, la caja o tambor, el güiro o raspador, la guitarra aunque no se trata de un instrumento autóctono fue incorporada hace muchos años. La bomba es el nombre del género musical y del instrumento que le caracteriza, un pequeño tambor con dos membranas, elaboradas con el cuero del chivo macho y hembra de las cuales se toca la superior y más grande sus elementos son el aire, la tierra, el agua y el fuego, ya que representan a los elementos máximos de la naturaleza. Su ritmo candente y alegre denominado como la danza autóctona de este territorio, típicamente se baila con trajes para hombres con una camisa cotona, pantalón de tela, y para las mujeres una falda plisada, blusa colorida de vuelos, debajero, delantal, hermosas gualcas aretes, acompañado con un peinado típico puede ser las payas con cintas, las escobas, el gagiado, entre otros.
Parte de las manifestaciones culturales son las coplas, mismas que son consideradas como técnicas de enamoramiento, ya que hay coplas de contrapunteo que le responde la mujer, dejándole un reto al hombre para que siga conquistándole. Además de eso podemos hablar también de los cuentos, mitos y leyendas que los abuelos cuentan a los más pequeños en las cochitas amorosas comunales, creadas de las vivencias ancestrales diarias. La religiosidad cuenta un papel muy importante porque las creencias en seres superiores cuentan como por ejemplo creer en dios la virgen y en los mismos dioses africanos se manifiesta en la celebración de una fiesta en honor algún santo. Cuando muere una persona se muestran claras expresiones festivas, se ajusta también a una reglamentación cuyo sentido es de celebrar y alegrarse por el buen tránsito y el mejor destino de las almas; se piensa que el alma de los niños va al cielo, alcanzan la gloria, y ello constituye un motivo de alegría. El alma de un niño fallecido tiene como única morada el cielo, por el contrario no hay ninguna certeza de lo que ocurre con el alma de un adulto muerto, aunque su más probable destino es el purgatorio donde pagar sus malas acciones terrenales antes de alcanzar el cielo. Así los Alabados y novenas contrastan con el carácter festivo del chigualo, el aire solemne, triste y dramático del alabado, o velorio de adulto.
Durante nueve noches los familiares más cercanos y algunos de los participantes del velorio, rezan la novena, en el mismo lugar donde se realizo el velorio; en la novena noche se realiza el “novenario”, una réplica del alabado quizá con mayor fuerza dramática que éste. El objetivo de la novena es, una vez más, asegurar la partida del alma del difunto y ayudarlo a encontrar su buen destino.